Esta semana recibí la invitación para compartir sobre el libro que escribí llamado Doblemente Vencedores en una radio aquí en Guatemala. Estar allí me hizo recordar, el proceso que tuve que recorrer para que el libro pasará de ser un sueño a una realidad. Desde hace varios años, siempre tuve el deseo de escribir sobre las maravillosas historias que Dios nos estaba permitiendo vivir como familia, sin embargo no había logrado creer que podía dedicar mi tiempo, energías y recursos para hacerlo. Tenía el sueño, pero como leí alguna vez “Una meta sin una fecha de cumplimiento es solamente un sueño”.
Así nos puede ocurrir en muchas otras cosas como terminar la universidad, realizar la tesis, leer un libro, emprender un negocio, realizar un viaje, en fin…, todo lo que soñamos puede ser un hermoso sueño pero nada más, si no empezamos por creer que lo podemos lograr.
El libro “Business Think” lo describe algo así: “Con el correr de los años he aprendido que cuando se quieren hacer cambios pequeños y graduales se debe trabajar con el comportamiento o la actitud. Sin embargo, si lo que se desea es lograr cambios o mejoras radicales, se debe trabajar con las creencias”. Lo que creemos de nosotros mismos, de nuestra capacidad, de nuestro potencial, va a determinar en gran medida el resultado de nuestras acciones.
Recuerdo lo dicho por Henry Ford “Si crees que puedes, como si crees que no puedes, estás en lo cierto”. Muchos de los logros o resultados que queremos ver en nuestra vida, dependerá en primera instancia de sí creemos que lo podemos lograr.
Después de varios años con el simple deseo de escribir el libro, tome la decisión de creer que lo podía hacer y me tomó 3 meses completarlo y publicarlo, pero todo empezó con la creencia de “puedo hacerlo”.
Quizás tú también tengas cosas que no has iniciado, no están resueltas o no han sido concluidas porque no has creído que puedes hacerlo. Pero quiero que sepas que hoy es un buen día para cambiar esa creencia y tomar la decisión de trazar una ruta hacia el cumplimiento de cada uno de tus sueños.
Cree en ti mismo, en tu potencial, en los dones y talentos que posees, en la capacidad que Dios te ha dado, y aunque nadie más creyera en ti, te aseguro que un día te preguntarán cómo hiciste para lograrlo, recuerda lo dicho por Sugar Ray Robinson: “Para ser un campeón, tienes que creer en ti mismo cuando nadie más lo hará”.
Por ti y por tus sueños, vale la pena creerlo.
Feliz fin de semana
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